Cuando la paciencia se va agotando
Sé que hace mucho no escribía algo en el blog, pero creo que llegó el momento de hacerlo, de hablar de ciertos temas que nadie quiere tocar, ya sea por temor del que dirán o tendrán sus propias razones.
Hace algún tiempo ya me había percatado que la paciencia que tenía antes la estaba perdiendo, la buscaba por todos lados y no la encontraba. Todos los de mi alrededor pagaban «pato» pero en especial aquellas personitas que no tenían voz, ni voto, que sólo me ponían la carita del gato con botas por querer pasar mas tiempo conmigo, les hablo de mis mellizos.
La paciencia que les tenía fué disminuyendo poco a poco, pero no por culpa de ellos, sino por culpa mía, por no decir las cosas que me pasaban y sentía. Sentía frustración por que es difícil calmar, consolar, entender a dos pequeños que empiezan a imponerse y sacar su propia personalidad. Gracias a Dios decidí buscar ayuda, a alguien que me escuchara, pero no lo hice con un amigo, ni conocido, si no, una psicóloga, ella me ayudo a canalizar mis ideas, de como poder decir las cosas, porque quizás la forma como la hacia no era la correcta.
«Yo sabia muy bien que era parte del problema, pero no sabia como resolver aquel problema»
Poco a poco fui abriendo mis ideas y compartiendo con los que más quiero, y la cosa fue cambiando de a pocos, sin darme cuenta «LA PACIENCIA REGRESO». Y con ella aquella persona que quiero ser para mi esposa e hijos.
Lo único que les puedo decir, es que todos perdemos la paciencia en algún momento, es normal, es parte de ser humano, pero es importante reconocerlo y actuar para no desahogarnos con los que mas queremos, no tengamos temor de buscar ayuda externa, la comunicación es lo más importante. La mejor manera de solucionar las cosas es diciendo las cosas que nos pasa, siempre habrá una mano que nos ayude.
#PapáGallina
Fuente de foto: www.alientodiario.com
www.papisporprimeravez.com
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