Sin aprender a decir adiós - Cartas para dejar huella 5
#CartasParadejarHuella
Hace unos días me repitieron una frase que no me la decían hace 3 años, esas palabras que en el 2013 me dolieron cual estaca, clavándose en mi corazón y alma, se volvían a repetir mamá, si, en ese momento que la doctora me llamó y regresé a tí con una sonrisa, ¡imposible fingir para ti ¿no?! tú te dabas cuenta que algo me habían dicho, que algo escondía en esa mirada y sonrisa, sólo me preguntaste: ¿qué te dijo la doctora? yo sólo te pude responder: dice que estas nuevas radioterapias te quitarán el dolor mamita… mientras esperábamos en la sala de radiología de Neoplásicas. Moviste la cabeza y claro que no me creíste, no insististe. Tú siempre con un espíritu y temple tan fuertes, que hasta ahora no logro entender y me encantaría heredarlos de ti. Luego a eso me senté en el piso, al lado de tu silla de ruedas y dándote la espalda me puse a llorar, no podía aguantarlo, no podía ser fuerte, aquí me di cuenta que nunca estaría preparada para el gran día de nuestra separación terrenal, el día que tengas que partir.
La doctora me llamó a un lado disimuladamente, aunque creo que te diste cuenta, no siempre pasa, ¿verdad? me dijo: tienen que saber, tú y tú familia, que tu mami está en la fase terminal del cáncer, los dolores que ella tiene es por el estado tan avanzado del cáncer y todo lo que estamos haciendo ahora es tratamiento paliativo, esto es para que ella no sufra y no tenga dolor, debes hablarlo con tus familiares y con ella, deben estar con ella, ahora más que nunca… me dijo. Lo que la doctora me explicaba sutilmente y profesionalmente, en el fondo ya lo sabía… hace tres años me dijeron que te podías morir en 3 días por el tamaño de los tumores en tu cerebro, o que si respondías bien podías vivir hasta 8 años… nunca he estado tan llena de esperanzas desde que la vida me trajo a mis #MellizosLopez y al poco tiempo de ello, que nos enteramos de esta etapa terminal del cáncer que sigue con nosotras desde hace tres años.
Cuando la doctora me dio esas palabras, lo único que atine fue a hacerme un nudo en la garganta, llenarse de lágrimas los ojos, y sentir dolor, dolor que venía desde la garganta queriendo gritar, sólo movía la cabeza asintiendo y diciendo, sí doctora, y cuando me pregunto, ¿si sabes el estado de tu mami cierto? mi mente y corazón decían si lo sabemos… pero escucharlo era mirar atrás, es sentir que las esperanzas se empezaron a acortar, ¿es una señal anticipada? Mami, sólo quiero llorar, pero no lo hago contigo porque no quiero que me veas triste.
Si lloro o me entristezco, es porque esto es muy difícil para todos, pero quiero seguir siendo tan fuerte como tú, cuando lloro me doy cuenta que aún no logro alcanzarte, pero estoy en camino a ser una mujer tan fuerte como tu. Quiero que sepas que hemos tenido tres años de vida con cáncer terminal, maravillosos, sí, maravillosos, porque sobre todo me has entregado muchas enseñanzas en esta etapa, en estos tres años he aprendido tanto de una gran maestra, seguimos viendo el lado más sensible y humano de la vida, seguimos valorando cada instante que tenemos juntos, los problemas “normales” ya no tiene tanto sentido y hemos aprendido a reírnos y superarlos más rápido que antes.
Los dramas y malas vibras se eliminan tan pronto, cuando recordamos para qué estamos en esta vida, aprender a respetar al prójimo, aprender a escuchar y a no escuchar algunas cosas para vivir en paz y felices, han sido clave en esta etapa.
Hoy estamos juntas y con los mejores enfermeros del mundo ¿no? me encanta ver que Marcelo y Leonardo te dan la mano para ayudarte a caminar, si, hoy ya no puedes caminar como antes, te avergüenzas porque hoy te tenemos que ayudar a bañar, a caminar a acomodarte en la cama, pero mami ¿sabes? ¿como no querer hacerlo si tú hiciste lo mismo conmigo? me llevaste 9 meses contigo, no te deje dormir por años(si hasta de universitaria), me cambiaste los pañales, me enseñaste a caminar, me alimentaste, me cuidaste, me defendiste, hiciste TODO por mi mamá… como no voy a querer hacerlo hoy contigo. La vida se acortó para ti, a tus 65 años ya tenemos que cuidarte mucho, pero por favor, no te avergüences, no te sientas mal por esto, gracias por ponerme de ejemplo con Marce y Leo, ellos están aprendiendo a cuidar a su noni coca y están viendo como mamá Yaz cuida de ti.
Siempre he querido pensar que me he estado preparando para nuestro hasta luego, pero cada vez me doy cuenta que nunca podré estar preparada, mis lágrimas son de pena mamá, perdóname, porque sé que si tu sigues en pie es porque no quieres que estemos tristes sin ti, pero ten por seguro que el día que nos toque decir hasta pronto, aprenderé rápido a levantarme, como siempre lo hicimos juntas.
Hay algo que no te conté, que hoy ya es una anécdota, al día siguiente de esta noticia de la doctora en radiología, tenía que exponer en un auditorio con más de 400 mujeres emprendedoras, anímicamente no me sentía nada bien, pero sabía que era un reto más que me ponía la vida… ese día expuse contando mi mejor ejemplo de mujer emprendedora, aquella mujer que se levantaba a las 4 a 5am y no paraba nunca, aquella mujer que me dio la mejor educación a base de mucho esfuerzo y trabajo, aquella mujer preciosa, trabajadora, sencilla, amorosa y siempre feliz, que todos los que te conocemos amamos, porque siempre has sido tan buena, especial, dadivosa. Como lo dije aquel día, sí estuve parada ahí respondiendo a esa honrosa invitación, era por ti mami, porque tú continúas haciendo de mi mejor persona todos los días.
Por esos días me dijiste que te encantaría ver a tus mellis hasta los 5 años, a los pocos días hablaba con la oncóloga y después de eso, me llegaba un mensaje del cielo, en el lugar menos esperado me daban a escoger entre 3 piedras que cada una decía, AMOR, GRATITUD Y ESPERANZA, sin pensarlo inmediatamente elegí ESPERANZA, “Porque por muy dura que nos parezca la vida, mientras haya vida hay ESPERANZA”.
Gracias mamita por tanto, gracias porque estas son enseñanzas de vida, gracias porque tú fuiste y eres la única que me hace pisar tierra y recordarme que los “problemas” comunes, realmente no son problemas.
Te amo ayer hoy y por siempre.
Tu pequeña Yaz
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