Soy culpable
Desde que nacieron mis peques siempre quise estar a su lado, de hecho más de lo que muchas personas quisieran, tanto que dejé de hacer cosas que me gustaban, que me quitaban el stress o simplemente me hacían sonreír. Una de ellas es hacer deportes, no seré el mejor pero me divierten. ¿Vale no?
Antes de ir a la historia principal, les cuento un poco, sonará un poco a lo narrador de cuentos, ja, ja, ja, mi día comienza muy temprano, a las 6 de la mañana y termina alrededor de las 5:30 de la tarde, corriendo de un lugar a otro por mi trabajo, por lo que muchas veces acudo a dos malos compañeros, la gaseosa y dulces, ambos hicieron que llegaran los kilitos de más.
Por eso hace algunos meses empecé a retomar la rutina del deporte, pero buscando horarios que no interrumpan el estar con ellos, pero eso implicaba que durmiera tarde y redujera mis horas de sueño, cosa que no me gustaba mucho, ya que la actividad física durante mi trabajo es fuerte y necesito descanso.
Por eso opte por buscar un horario más temprano, pero me empecé a sentir culpable por no estar con ellos en ese momento, llegar a casa y no escuchar el grito de guerra, ¡¡¡LLEGÓ PAPÁ!!! Me empecé a sentir un poco culpable por ello, porque disfruto mucho el pasar tiempo con ellos y el no hacerlo me carcomía un poco por dentro.
Gracias a la ayuda de un nuevo amigo, Gino de Papá de G, que me contó su historia y el soporte que le da su familia, me hizo pensar en algo, que si yo me siento feliz, sin stress y con un buen ánimo, esto se vería reflejado en mi relación con ellos, que no tendría por qué sentirme culpable de buscar tiempos para mí, en especial si es para mejorar mi salud y mi estado de ánimo.
Por eso decidí retomar el deporte a lo grande, que me preparare para participar en el IRONMAN del próximo año(2018). Se preguntaran porque algo tan grande como eso, simplemente porque me motiva el hecho de pensar que mi familia estará ahí para apoyarme, y que no importara que llegue último, porque mis hijos sabrán que al menos no tuve miedo de intentar algo nuevo y de medir mis límites.
¿Culpable? Sí, pero de amarlos hasta el infinito y más allá.
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